Aralí, una niña de 8 años de Brinkman, en extremo noreste de la provincia de Córdoba, República Argentina, murió a principios de mes en un incendio que se pergeñó para ocultar el abuso que había sufrido por parte de sus familiares.
En pleno 2024, el último informe de Bullying Sin Fronteras revela un dato alarmante: Argentina está en tercer lugar entre los países con más casos de bullying y ciberbullying entre chicos y adolescentes en edad escolar, y el suicidio es la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años, según el estudio.
Los entornos violentos, tanto en la escuela como en el hogar, deben ser eliminados con políticas públicas que involucren al Estado, a las familias y a la sociedad civil. Para esto, en primer lugar, resulta clave cumplir con las leyes existentes, una ley de presupuesto que no retroceda y contar con funcionarios comprometidos con la erradicación de la violencia.
Falta legislación que defienda a los chicos y chicas:
Es necesario incorporar el delito de maltrato infantil al Código Penal de la República Argentina.
La protección integral de los chicos y las chicas y los adolescentes en general es una obligación legal y moral para la sociedad, y el Estado argentino no puede permanecer inmóvil.
La vida, el desarrollo pleno y la salud mental de los argentinos del futuro están en juego.
EQUIPO CIENTÍFICO INTERNACIONAL DR. JAVIER MIGLINO
ONG INTERNACIONAL BULLYING SIN FRONTERAS
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