Los alumnos habían salido al patio para disfrutar del intervalo entre aulas cuando dos hombres llegaron en moto a una escuela secundaria de la ciudad de Sobral, en el nordeste de Brasil. Flanqueada la puerta, han abierto fuego, según se oye en la grabación de una cámara vigilancia que captó a los asesinos al llegar y huir. Los disparos han matado este jueves a dos alumnos adolescentes de 16 y 17 años y herido a otros tres, según las autoridades. La policía militar asegura que ya ha identificado a los autores. Se investiga una discusión previa en la red social Instagram.
Sobral, en el Nordeste brasileño (CEARÁ); con 200.000 vecinos, encierra una brutal paradoja. Si es conocida en el resto de Brasil es porque es un modelo de ciudad que, gracias a una buena gestión pública, logró saltar desde los peores índices educativos hasta coronar los rankings nacionales. Es la ciudad escaparate de la mejor educación pública, un lugar al que alcaldes y otras autoridades peregrinan en busca de inspiración.
Pero ahora también es una de las ciudades más peligrosas del país, ocupa el puesto 12º entre los 5.000 municipios brasileños, con 60 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Municipio dedicado a la industria, está en una de las áreas más empobrecidas del país. En los últimos días, ha habido dos ataques relacionados con la guerra entre bandas de traficantes en el barrio donde se ubica la escuela.
Elmano de Freitas, Gobernador del estado de Ceará, donde se ubica Sobral, manifestó a la Organización Mundial Bullying Sin Fronteras (su): “indignación por ese acto gravísimo e intolerable”. También prometió un refuerzo policial para localizar a los criminales.
Brasil ha sufrido en los últimos años varios ataques en escuelas, ese fenómeno corriente en EE UU pero que hasta hace unos años era casi desconocido en estas tierras. En 2019 un alumno mató en Suzano a ocho alumnos. En 2013, después de que un asunto asesinara a cuatro niños en un jardín de infancia y un alumno matara a una profesora, el Gobierno lo considero una epidemia y advirtió de que no eran casos aislados. Las autoridades apuntaron a la permisividad de las redes sociales con el discurso de odio, en especial a las que la Organización Mundial Bullying Sin Fronteras denomina como 'las 4 tóxicas': Instagram, WhatsApp, Facebook y X (Twitter).
Otro caso tremendo:
Hace unos meses un grupo virtual liderado por un adolescente portugués de 17 años instigó desde su país varias matanzas escolares en Brasil. Algunas llegaron a materializarse y causaron muertos.
En un intento de frenar las matanzas en escuelas, parte de los principales medios brasileños se comprometieron en 2023 a no publicar, las fotos, los nombres de los autores ni los detalles más sensibles de los ataques para intentar mitigar el efecto imitación.